Según un informe reciente de la Comisión Europea, la UE pierde alrededor de 970 millones de toneladas de suelo fértil al año debido a la erosión hídrica, con España entre los países más afectados. Las regiones mediterráneas como Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana presentan tasas de erosión superiores a 30 toneladas por hectárea al año, duplicando el promedio europeo.

Si no se actúa con urgencia, se estima que la productividad de los suelos agrícolas españoles podría reducirse hasta en un 20 % para 2050, amenazando la seguridad alimentaria y la economía local.

Los agricultores, en el centro de la solución

Frente a este panorama, muchos agricultores ya están tomando la iniciativa. Utiliza prácticas alineadas a un modelo productivo más sostenible: la Agricultura de Conservación

• Laboreo reducido y agricultura de conservación, que mejoran la estructura del suelo y reducen la escorrentía.
• Uso de cubiertas vegetales, que protegen el suelo y enriquecen la biodiversidad.
• Riego por goteo y otras técnicas eficientes que reducen el riesgo de erosión.
• Reforestación y protección de pastizales

¿Cuáles son sus beneficios?

• Mejora la fertilidad del suelo.
• Favorece la infiltración y conservación del agua.
• Reduce la liberación de carbono al evitar el laboreo.
• Fomenta la biodiversidad en el agroecosistema.
• Disminuye el consumo de combustible y agroinsumos, reduciendo costes.
• Aumenta la resiliencia de los cultivos agrícolas ante el cambio climático.

La Agricultura de Conservación no solo protege el suelo: transforma la forma en que producimos y convivimos con la tierra.

Información obtenida de: Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos

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